Un tren y un caracol deciden hacer una carrera. El tren se burla: «¡Te dejaré atrás en menos de un segundo!». El caracol, sereno, responde: «¡Ve tú primero, que yo disfruto del paisaje a mi ritmo!». El tren parte veloz y al minuto se detiene por un desperfecto; el caracol lo alcanza y dice: «A veces, la paciencia es la verdadera locomotora». Al final del día, el caracol llega tranquilo a su destino mientras el mecánico sigue arreglando el tren.