¿Por qué los autos se llevan tan bien con el GPS? Porque siempre encuentran el camino a su «corazón». Pero cuando discuten, el GPS siempre tiene la última palabra, ¡aunque el auto diga que está bien seguir de frente!
¿Por qué los autos se llevan tan bien con el GPS? Porque siempre encuentran el camino a su «corazón». Pero cuando discuten, el GPS siempre tiene la última palabra, ¡aunque el auto diga que está bien seguir de frente!