Dos médicos están charlando en el descanso. Uno dice: «Ayer me invitaron a una fiesta de disfraces, pero solo tenía mi bata». El otro le pregunta intrigado: «¿Y qué hiciste?». «Fui de Doctor Strange. Pero más extraño es que cada vez que soplaba la vela del pastel, un paciente más se recuperaba. ¡Al final, tuve que dejar la fiesta para atenderlos!».