¿Por qué la montaña dejó de jugar al escondite? Porque ya estaba cansada de que todos siempre la encontraran… ¡y ni siquiera necesitaban un mapa! Además, le decían: «¡No te muevas! ¡Eres tan grande que sería trampa!»
¿Por qué la montaña dejó de jugar al escondite? Porque ya estaba cansada de que todos siempre la encontraran… ¡y ni siquiera necesitaban un mapa! Además, le decían: «¡No te muevas! ¡Eres tan grande que sería trampa!»