Un mago novato llega a la tienda de trucos y compra una varita mágica. Al probarla en casa, agita la varita y exclama: «¡Abracadabra, que desaparezcan mis deudas!»… pero nada ocurre. Al día siguiente vuelve y se queja al vendedor. El vendedor sonríe y dice: «Señor, esa varita solo es potente con conejos. Para sus deudas, lo más mágico que tenemos es un empleo».