¿Por qué las fracciones nunca son invitadas a las fiestas? Porque siempre están dividiendo el ambiente, y cuando intentan sumar un poco de diversión, terminan siendo unas bien reducidas. Siempre provocan la misma discusión interminable: ¿quién encaja dónde y por qué? Al final, el quebrado panorama es evidente… ¡nadie las puede simplificar!