Un día, el espermatozoide se queja con sus amigos: «Siempre tengo que nadar tanto para llegar al óvulo, mientras el huevo espera cómodamente. Pero bueno, al menos ¡nunca escuché a un óvulo quejarse de piernas cansadas!»
Un día, el espermatozoide se queja con sus amigos: «Siempre tengo que nadar tanto para llegar al óvulo, mientras el huevo espera cómodamente. Pero bueno, al menos ¡nunca escuché a un óvulo quejarse de piernas cansadas!»