Había una vez un programador que fue a comprar leche. Su esposa le dijo: «Si ves huevos, compra una docena». Volvió a casa con 12 cartones de leche y dijo: «Había huevos». La lógica, a veces, es su propio lenguaje.
Había una vez un programador que fue a comprar leche. Su esposa le dijo: «Si ves huevos, compra una docena». Volvió a casa con 12 cartones de leche y dijo: «Había huevos». La lógica, a veces, es su propio lenguaje.