Un ilusionista decide hacer desaparecer un piano en medio de su acto. El público observa con atención mientras él murmura palabras mágicas y, ¡puf!, el piano desaparece. Todos aplauden asombrados. Más tarde, un niño se le acerca al mago y le pregunta: «Señor, ¿puede hacer que mi tarea de matemáticas también desaparezca?». El mago, sonriendo, responde: «Lo siento, pero los verdaderos trucos de magia tienen sus límites… ¡y los profesores también son magos porque siempre la hacen reaparecer en el examen!».