Un médico entra al quirófano para una operación de corazón. Justo antes de empezar, el paciente dice: «Doctor, he escuchado que tiene manos mágicas». El doctor sonríe y responde: «¡Claro! Pero espero que no esperen un truco de cartas con las arterias. No quiero que la operación sea un espectáculo… a menos que el corazón se anime a bailar salsa».