¿Por qué las montañas nunca se aburren? Porque siempre están en una «cima» diferente, ven pasar las «nubes» de turistas y se ríen del río, que nunca para de correr, aunque no tenga patas.
¿Por qué las montañas nunca se aburren? Porque siempre están en una «cima» diferente, ven pasar las «nubes» de turistas y se ríen del río, que nunca para de correr, aunque no tenga patas.