Ofertas Matrimoniales y Sentido del Humor.

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Un día, una pareja estaba discutiendo: «Desde que te casaste conmigo, has perdido el sentido del humor», le dice ella. Él responde: «Claro, lo entregué junto al cheque para el anillo». «Bueno», dice ella, «deberías haber comprado dos: uno para mí y otro para tu sentido del humor perdido». Él, sonriendo, añade: «Lo pensé, pero no había suficientes ofertas».