Un hombre supersticioso pasa debajo de una escalera y se cruza con un gato negro, todo al mismo tiempo. Suspira y dice: «Bueno, al menos la sal que derramé ayer tendrá compañía, ¡y los espejos rotos ya no se sienten solos!»
Un hombre supersticioso pasa debajo de una escalera y se cruza con un gato negro, todo al mismo tiempo. Suspira y dice: «Bueno, al menos la sal que derramé ayer tendrá compañía, ¡y los espejos rotos ya no se sienten solos!»