Un policía detiene a un conductor y le dice: «¡Señor, su auto tiene encima un pingüino!». El conductor responde: «Sí, lo llevo al zoológico». Al día siguiente, el mismo policía ve al mismo auto con el pingüino en el asiento delantero, pero esta vez, con una gorra de turista. El policía, confundido, detiene el auto y pregunta: «¿No dijo que llevaba al pingüino al zoológico?». El conductor ríe: «¡Sí, y le encantó! Hoy vamos al parque de atracciones».