Un poliglota entra a un café y el camarero le pregunta: «¿En qué idioma te gustaría que te atienda?», el poliglota responde: «¡En café-nol, por favor!». El camarero, confundido, pregunta: «¿Café-nol?», y el poliglota sonríe: «Sí, es como español, pero con un extra de energía y aroma por la mañana».