Un programador llega tarde a casa y su pareja le pregunta: «¿Dónde estabas?». El programador responde: «Lo siento, es que había un problema de concurrencia». La pareja, confusa, dice: «¡¿Concurrencia?!». «Sí», responde, «muchos errores ocurrían a la misma vez que trataba de salir del trabajo».