Un gato negro, una escalera y un espejo roto entran a un bar. El camarero les dice: «Lo siento, no servimos mala suerte aquí». El gato responde: «¿Mala suerte? ¡No sabes lo difícil que es que no nos confundan con una banda de rock gótico!» Y el espejo agrega: «¡Sí, y encima siempre terminamos con siete años de ‘mala música’!»