¿Por qué los jugadores de fútbol nunca cuentan secretos durante un partido? Porque en el campo todos tienen «línea abierta» y cualquier cosa que digas puede ser interceptada. Eso sí, susurran los goles, por si acaso el árbitro escucha y se anima a anularlos. Así los meten dos veces, de ida y vuelta, ¡una táctica a doble emoción!