Un tren va por la vía y de repente se detiene en medio del campo. El maquinista dice: «No podemos seguir, el motor se enfrió demasiado». Entonces, un pasajero le responde: «¡Ah, ya entiendo! ¿Por qué no le das una taza de té? Dicen que el té calienta el motor del cuerpo. ¡Quizá funcione con motores de tren también!»