Un Cofre de Paciencia en el Mar del Despiste

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En la cena familiar, mi tía Carmen siempre se queja de que mi tío Roberto nunca la escucha. Ayer, le dijo: «Roberto, si me fueras a buscar tesoros, volverías con un cofre de paciencia.» Él, distraído, respondió: «¿Paciencia para quién, Carmen?» ¡Y ahí fue cuando todos nos dimos cuenta de que Roberto también había perdido el mapa del entendimiento!