Un detective entra a una biblioteca buscando resolver un misterio. Le pregunta al bibliotecario: «¿Ha visto algo sospechoso últimamente?» El bibliotecario responde: «Sí, alguien dejó la sección de ‘Misterios’ llena de… ¡pistas falsas y finales ocultos! Ahora, cada vez que alguien elige un libro, desaparece en una trama más enredada. Tan complicado que ni el mismísimo Sherlock Holmes sabría por dónde empezar». El detective suspira y dice: «A veces creo que estos misterios vienen con más giros que una montaña rusa y menos lógica que un rompecabezas sin piezas.»