En un bar estaban sentados un café y un té, cuando llega una soda muy burbujeante. El café, curioso, le pregunta: «¿Por qué estás tan emocionada?». La soda responde: «Es que siempre ando con gas de sobra… ¡y hoy me invitaron a una fiesta efervescente!». El té sonríe y dice: «Espero que no te saquen todas las burbujas en la pista, ¡si no, te quedas sin chispa!». ¡Y el café suspira, recordando sus días más calientes!