¿Por qué las computadoras nunca se enfadan? Porque siempre mantienen la calma, incluso cuando tienen demasiadas tareas pendientes. Pero ojo, que cuando se cuelgan, es porque se toman muy en serio el «reinicio» de su vida sin estrés. Ahí están, meditando en cada byte, en modo zen digital, preguntándose si el gusano es más rápido que la actualización de Windows… ¡Namaste, ordenador!